Cuando pronunciamos una palabra no emitimos todas las sílabas con la misma fuerza; una de ellas es más intensa que las demás y recibe el nombre de sílaba tónica; el resto se denominan sílabas átonas. Según el lugar que ocupa la sílaba tónica, las palabras se clasifican en agudas, llanas, esdrújulas y sobresdrújulas. Palabras agudas: las que llevan el acento en la última sílaba. Ejemplos: mu-jer, pe-dal, ma-rrón. Palabras llanas: si llevan el acento en la penúltima sílaba. Ejemplos: le-jos, li-bro, cés-ped. Palabras esdrújulas: cuando el acento recae en la antepenúltima. Ejemplos: cán-ta-ro, in-trín-se-co, es-pec-tá-cu-lo. Palabras sobresdrújulas: aquellas en las que el acento recae en la anterior a la antepenúltima sílaba. Ejemplos: re-có-ge-se-lo, cuén-ta-se-lo.