1.ª Regla: Las palabras con las que designan los colores y sus distintos matices son nombres comunes que deben escribirse con minúscula, tanto en usos sustantivos como adjetivos: El naranja no me sienta bien; Se puso la chaqueta gris perla; Tiene los ojos azul cobalto.
2.ª Regla: Cuando la denominación del color se forma con un complemento especificativo que contiene un nombre propio, normalmente un topónimo o un antropónimo, este mantiene la mayúscula que le es característica; amarillo (de) Nápoles, azul de Prusia, blanco de China, pardo Van Dyck, tierra de Siena. Pero, si el nombre propio pasa a designar por si solo el color, se convierte a todos los efectos en un nombre común y debe escribirse con minúscula: una siena suave.
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