En el siguiente texto existen 10 errores ortográficos. Corrígelos. Para descubrirlos tienes que revisar los acentos, mayúsculas, signos ortográficos y, por supuesto, las reglas y excepciones de las letras b y v . Cuando termines, haz clic sobre el botón "Corregir". Luego, deberías repetir el ejercicio las veces necesarias para resolverlo correctamente. ¡Suerte y adelante!

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La noticia de que Remedios Buendía iba a ser la soberana del festibal, rebasó en pocas horas 
los límites de la ciénaga, llegó hasta lejanos territorios donde se ignorava el inmenso prestigio de su belleza, y suscitó la inquietud de quienes todavía consideraban su apellido como un símvolo de la subversión. Era una inquietud infundada. Si alguien resultava inofensivo en aquel tiempo, era el enbejecido y desencantado coronel Aureliano Buendía, que poco a poco había ido perdiendo todo contacto con la realidad de la nación. Encerrado en su taller, su única relación con el resto del mundo era el comercio de pescaditos de oro. Uno de los antiguos soldados que bigilaron su casa en los primeros días de la paz, iba a benderlos a las poblaciones de la ciénaga, y regresaba cargado de monedas y de noticias. Que el gobierno conservador, decía, con el apoyo de los liverales, estaba reformando el calendario para que cada presidente estubiera cien años en el poder. Que por fin se había firmado el concordato con la Santa Sede, y que había benido desde Roma un cardenal con una corona de diamantes y en un trono de oro macizo, y que los ministros liberales se habían hecho retratar de rodillas en el acto de besarle el anillo.
(Gabriel García Márquez: Cien años de soledad)